«En las nuevas generaciones hay chicas y chicos súper potentes. Espero que puedan tener el cargo que quieran»
Hace un año, Silvia Fernández Palomar recibía la gran noticia: había ganado el Premio Nacional de Diseño 2019 en la modalidad de Jóvenes Diseñadores. La vida de esta diseñadora multidisciplinar no ha cambiado demasiado desde entonces, aunque, dice, los proyectos que le llegan son cada vez más ambiciosos. Y los afronta con una mezcla maravillosa de creatividad y adaptación. Digital y editorial, imagen de marca y tipografía, ilustración, docencia… Silvia se divierte haciendo lo que le gusta, sea la disciplina que sea. Y se nota.
Tienes que aprender de muchos sectores diferentes en función del tipo de empresa que contrata tus servicios. ¿Tienes un método para meterte de lleno en un sector que quizá no conocías de nada? ¿Qué retos conlleva traducir todo ese aprendizaje exprés a un producto de diseño que funcione?
Lo primero que hago en cada proyecto es una fase de investigación, que incluye desde entender el sector hasta entrevistar a los clientes y a los usuarios para los que voy a diseñar. Es una fase muy importante. Sin ella, no sé diseñar. No puedo empezar directamente. Muchas veces es positivo que no seamos expertos en la disciplina o el sector para el que vamos a trabajar. De otra manera, nuestra visión estaría muy sesgada, así que está bien ir con ojos frescos. Además, hacer presentaciones y tener algo que enseñar hace que pueda poner mi aprendizaje en palabras y tener unos objetivos de diseño mucho más claros.
Te mueves entre lo artístico y lo digital, pasando por el diseño, la tipografía, la ilustración… ¿Ser multidisciplinar o morir?
Por un lado, ser multidisciplinar es lo que define mi trabajo. Por otro, en los últimos años ha sido una especie de losa, porque que me gustaran tantas cosas me generaba cierto complejo. Hay gente que dice que solo se te puede dar bien una disciplina. Yo no sé si se me dan bien o mal, pero me gustan todas, y no me siento cómoda con una sola. Todas comparten herramientas, lenguaje… y para mí no es tan diferente la tipografía, la ilustración y el diseño. Son solo maneras diferentes de comunicar a través de unas herramientas comunes. Con el diseño editorial o digital, me pasa lo mismo. Siempre que conozcas el medio y sepas aprovechar sus posibilidades, son disciplinas muy hermanas.
¿Por qué no te has enfocado en algo en concreto?
La verdad es que no sé por qué no me he enfocado en algo concreto. Estudié Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y conocí el diseño a mitad de carrera y de una manera bastante clásica, una versión muy artística. Cuando me fui a Lieja (Bélgica) de Erasmus sí que entendí más el diseño y, desde entonces, lo he ido compaginando con lo artístico. Los años que he trabajado en consultoras me han servido mucho para aplicar metodologías de diseño a lo que hago de manera artística, y viceversa. Así que hace año y medio me hice freelance para poder hacer todo esto como parte de mi trabajo y no dejar lo artístico como algo secundario.
¿Si tuvieras que elegir entre mamá y papá, en qué disciplina te sientes más cómoda?
No sabría decirlo. Me gustan los proyectos en los que se me involucra desde el principio y ayudo a encontrar ideas. Cuando el proyecto ya viene dado procuro no hacerlo, porque no destaco tanto, aunque suene un poco vanidoso.
¿Te ha ayudado profesionalmente este abanico o te ha podido afectar en alguna ocasión?
Sí, unas veces de manera positiva y otras no, porque la gente no sabe bien lo que hago, y es normal. Por ejemplo, la mayoría de los proyectos digitales no los puedo enseñar, porque tardan mucho en producirse o se quedan en un cajón y otros son confidenciales, así que he optado por no mostrarlos. Eso es un problema porque quien me encarga proyectos digitales lo hace porque ya me conoce por haber hecho gráfico o ilustración, y eso me perjudica. Y al revés, también. En el mundo artístico, que es bastante estanco, si eres diseñadora eres diseñadora, no eres artista. Hay un poco de recelo, a pesar de que hay muchos artistas que son diseñadores.
En el diseño, ¿el futuro está en ser freelance? ¿Es complicado que te contraten como fija en agencias o empresas?
Creo que hay cada vez más ofertas de trabajo para diseñadores en empresas y consultoras, pero están centralizadas en Madrid, Barcelona o Valencia. Ahora están surgiendo más oportunidades para trabajar en remoto, y siendo freelance es más fácil. Yo siempre he trabajado para clientes de todas partes, por ejemplo ahora estoy con un cliente de Nueva York. No concibo volver a una oficina con un horario, la manera de organizare el trabajo como yo considero es clave, así que para mí sí es el futuro.
Has vivido en Roma, en Nueva York, ahora en Madrid… ¿trabajar en capitales o grandes ciudades abre más puertas? ¿Te inspiran más?
Trabajar en grandes ciudades no necesariamente me ha abierto más puertas. Nueva York sí, en cuanto a formación, conocer sitios y gente… es una ciudad en la que siempre pasan muchas cosas y tuve la suerte de trabajar con gente de perfiles muy diferentes y seguir trabajando con ellos a día de hoy. Roma, en cuanto a arte y diseño contemporáneo no está tan evolucionada. Me abrió puertas por la beca en la que estaba, la exposición que hice… pero no la ciudad en sí. Las tres son ciudades muy diferentes y mi día a día sí que está muy influenciado por la ciudad, desde el punto de vista plástico pero sobre todo de rutina. En Roma tenía más libertad y había tantas cosas que hacer que mi rutina de trabajo estaba muy modificada, y creo que eso se ve en las obras que he hecho. Además, no tenía todos los recursos disponibles en cuanto a materiales, galerías… y jugar con esas limitaciones me vino bien, meterme en los materiales y colores que existían en esa ciudad… en mi caso fue positivo contar con esas restricciones.
Tus diseños suelen ser muy limpios, con bloques de color… ¿cómo llegaste a este estilo y por qué otros estilos has pasado?
Tengo un curso en Domestika sobre técnicas para entrenar tu creatividad y, al principio, hacemos ejercicios para conocer el estilo, cómo hemos llegado a él… y me he dado cuenta de que mis referentes vienen mucho del arte, del constructivismo ruso, la abstracción, corrientes como la Bauhaus… Siempre he sido bastante fiel a ese estilo, no he tenido momentos de recargar los diseños. Lo que sí ha variado es qué medio he trabajado, por ejemplo en NY trabajaba mucho el dibujo y la ilustración porque me sorprendían mucho las cosas que veía.
«Está saliendo una generación de diseñadores muy fuerte que maneja muy bien el software. Están muy acostumbrados a lenguajes visuales y tienen un nivel bastante bueno desde el punto de vista gráfico. Lo que más hay que entrenar son conceptos teóricos, conceptualización, que entiendan el valor de las ideas.»
¿Cómo visualizas el futuro del diseño en cuanto a la educación que se imparte actualmente?
Yo soy profesora en el Instituto Europeo de Diseño en segundo curso, en el que doy clase de Proyectos. Ponemos en práctica lo que han aprendido y hacen proyectos reales para clientes, por ejemplo ahora trabajamos para Conde Duque. La formación ha variado mucho desde que yo estudié, cuando no existía la carrera, sino que eran grados formativos. Yo estoy familiarizada sobre todo con la enseñanza del IED, y me parece todo un lujo, desde los docentes hasta que tengan proyectos reales y que no aprendan tanto herramientas como maneras de pensar. Está saliendo una generación de diseñadores muy fuerte que maneja muy bien el software. Están muy acostumbrados a lenguajes visuales y tienen un nivel bastante bueno desde el punto de vista gráfico. Lo que más hay que entrenar son conceptos teóricos, conceptualización, que entiendan el valor de las ideas. Aunque no estoy tan familiarizada con la educación en la universidad, sé que es una formación diferente a la del IED y que todavía le falta trabajar con proyectos reales, hacer presentaciones… ojalá siga mejorando.
En tus clases, enseñas el proceso completo de diseño, tocando temas como técnicas de investigación, métodos de ideación y conceptualización, dinámicas de grupo… ¿Cómo afrontas tú un proyecto desde cero? ¿Qué disciplinas tienes que dominar más allá de la creatividad que tienes como diseñadora?
Hay muchas habilidades que está bien tener, como comunicarte bien, ser empático, saber escuchar… también saber estructurar presentaciones, lo cual es básico para comunicar bien tu trabajo, trabajar en equipo, dar feedback… si eres muy bien diseñador pero no te manejas bien con esas cosas, es probable que no puedas sacar tanto como podrías. Estas son algunas de las cosas que intento enseñar en el IED. También cómo investigar, cómo afrontar un briefing y presentar un contra-briefing, cómo hacerse las preguntas adecuadas… Por ejemplo, en la asignatura de Diseño Visual del Máster de Medios Impresos y Digitales hago bastante hincapié en cómo generar muchas ideas.
Echando la vista atrás, un año después y con una pandemia de por medio… ¿en qué ha cambiado tu vida y tu profesión tras convertirte en Premio Nacional de Diseño?
Mi vida no ha cambiado tanto, pero sí el tipo de encargos que recibo. Cada vez son clientes con propuestas más ambiciosas, lo que ha hecho que pueda crecer como diseñadora y colaborar con mucha gente de perfiles distintos. También he tenido bastantes entrevistas y, de alguna manera, para la gente que está fuera del mundo del diseño, ver que me han dado un premio es como un sello de calidad.
«Es cierto que la mayoría de los directivos son hombres, y quiero pensar que en las nuevas generaciones la cosa irá cambiando, pero sí que es una realidad. Creo que tiene que ver con la autoestima, con cómo vender lo que haces, qué herramientas te han dado desde pequeña a la hora de apoyar tu carrera profesional, entender tus objetivos, así como tener seguridad al contar las cosas. »
Según el Design Museum, solo un 22% de mujeres con formación ejerce en el sector del diseño. De ellas, solo un 11% llega a ocupar puestos directivos. Sin embargo, en alguna ocasión has dicho que una gran parte de tu alumnado está formado por chicas. ¿Qué está fallando para que no lleguen a ejercer tanto como los hombres?
Tanto el año pasado como este, en el curso que imparto la mayoría son mujeres. Algo bastante sintomático es que, cuando pido voluntarios, generalmente son los hombres los que se presentan. Es cierto que la mayoría de los directivos son hombres, y quiero pensar que en las nuevas generaciones la cosa irá cambiando, pero sí que es una realidad. Creo que tiene que ver con la autoestima, con cómo vender lo que haces, qué herramientas te han dado desde pequeña a la hora de apoyar tu carrera profesional, entender tus objetivos, así como tener seguridad al contar las cosas. Las mujeres hemos sido educadas de otra manera en ese sentido, pero confío en que poco a poco cambien las cosas. En las nuevas generaciones hay chicas y chicos súper potentes que espero que se enfrenten con menos problemas de este tipo, y que cada uno pueda tener el cargo que quiera.
¿Qué consejos le darías a cualquier mujer que tenga dudas para dar el paso y comenzar su carrera como freelance?
No me siento nadie para dar consejos, pero creo que les diría que se lo creyeran, porque muchas veces sufrimos el síndrome de la impostora y creemos que no somos lo suficientemente buenas en lo que hacemos, o que hasta que las cosas no están completamente perfectas, algo que no suele llegar nunca, no son dignas de enseñar. Animo a enseñar los proyectos, aunque estén en proceso, a aprovechar las redes sociales… y a no tener miedo a compartir, ni pensar en lo que la gente pueda decir. Creo que eso también es una losa que tenemos las mujeres.
¿En qué estás trabajando ahora y cuáles son tus planes de futuro?
Mañana empiezo un proyecto de branding para Pauline Brown, ex directora general de LVMH. Pauline ha publicado el libro Aesthetic Intelligence: How to Boost It and Use It in Business and Beyond, sobre cómo encontrar y sacar partido a tu estilo, y ha sido un superventas. Ahora está trabajando para sacar un máster y una escuela, y la estoy ayudando a construir la marca y generar ejercicios para llevar a cabo las ideas que tiene en mente. Creo que vamos a hacer cosas bastante divertidas, así que estoy muy contenta, ¡y me encanta trabajar para Nueva York!
En cuanto a mis planes de futuro, la verdad es que estoy muy contenta como estoy, no me puedo quejar. Tengo proyectos muy bonitos y no me faltan, pero sí que en los próximos años me gustaría colaborar con más perfiles y montar mi propio estudio multidisciplinar para trabajar con fotógrafas, redactoras…
Entrevista de Silvia Nortes para Ladies, Wine & Design Murcia:
En mi currículum pone que soy licenciada en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad. En realidad, solo me gusta escribir. Y aprender, claro. Si no aprendes, se te vuelan las ideas. En mi camino en busca de la plenitud profesional he trabajado en radio, comunicación y gabinetes de prensa. Aunque lo que más me hincha el orgullo es que ‘El País’, ‘El Mundo’ y ‘Vice’, entre otros, se hayan interesado en mis ideas. Como periodista ‘freelance’ soy una profesional de la insistencia hasta que consigo que me publiquen. Escribo desde España para ‘Index on Censorship’ y estoy preparando un libro. También me sale genial el guacamole.