Calidez y unión. Pero también energía y contraposición. Sara, Beatriz y María habitan Casa Jaleo, un colectivo de ilustradoras que bebe de diferentes visiones del mundo para crear “cosas bonitas en sincronía”. Y vaya si lo consiguen.
Cuando una lleva el jaleo dentro, es imposible acallarlo. Crear se vuelve urgente. Y hacerlo en compañía, una fiesta. Espontáneas, curiosas y alegres, Sara, Beatriz y María ponen toda su energía femenina al servicio de ilustraciones que aúnan belleza y mensaje. Defensoras de la ilustración como arte, la comparten y disfrutan no sólo trabajando para marcas, sino impartiendo talleres, asomándose a la creatividad de otras artistas y, sobre todo, experimentando. Bienvenidas a Casa Jaleo, un lugar con lápices de colores, mimo, ilusión, y las puertas siempre abiertas.
¿Por qué el nombre Casa Jaleo?
Estas dos palabras nos definen como grupo. Por un lado, la casa simboliza la calidez y la unión: la ilustración es una profesión muy solitaria y necesitábamos apoyarnos las unas a las otras. Por otro lado, jaleo: somos personas jaleosas llenas de ideas, con energía y formas de ser en ocasiones muy contrapuestas.
¿Cómo surgió Casa Jaleo? ¿De dónde venía cada una de nosotras?
Nos conocimos en Escola Massana, en el CFGS de Ilustración. Inicialmente éramos 6: Amanda González, Carolina Herz, Sofía Rivas, Sara Ros, Beatriz Oliver y María Pina, cada una de un lugar del mundo: Chile, Argentina, Murcia, Valencia… Por lo que, al acabar la escuela, tras un año de funcionar como colectivo haciendo mercaditos, ferias y murales juntas, las tres primeras tuvieron que irse, aunque siguen colaborando con nosotras a día de hoy para proyectos puntuales.
¿Hacéis todos los proyectos juntas, o los repartís de alguna manera?
Nos adaptamos a cada proyecto y su magnitud, priorizando repartir el trabajo equitativamente, lo que es importante para nosotras.
¿Qué aporta cada una en esa colaboración? ¿Cómo conseguís una sinergia entre estilos y puntos de vista?
Aunque las tres nos movemos en la misma línea y nos inspiran cosas similares, cada una tiene sus intereses y sus fuertes, por ejemplo, a Bea le interesan más los proyectos sociales y el muralismo exterior, a Sara más la ilustración editorial y a María la publicitaria y el impartir talleres, pero a la hora de la verdad, todas hacemos un poco de todo. ¡Somos un poco inquietas!
Experimentáis con diferentes técnicas. ¿Cuál os gusta más? ¿Alguna de vosotras es especialista en técnicas concretas?
Nos gusta mucho experimentar, pero usamos habitualmente técnicas tradicionales acuosas, lápices de colores y distintas técnicas de grabado, así como la ilustración digital.
¿Aportáis a vuestros trabajos una estética definida, un estilo propio, u os adaptáis más a lo que pide el cliente?
Nuestro estilo se caracteriza por el uso de colores alegres pero poco saturados, mezclando cálidos y fríos, evitando el dibujo realista y con un trazo muy espontáneo. Dentro de eso, intentamos adaptarnos a las necesidades de cada proyecto.
Como decíamos, os gusta experimentar, probar cosas nuevas, jugar. ¿Cómo de presentes están vuestras niñas interiores en vuestro trabajo? ¿Es esencial mantener esa curiosidad infantil?
Todas dibujamos desde pequeñas, nos gusta mancharnos las manos y así aprendimos en los talleres de la escuela. A día de hoy, en las formaciones que impartimos, intentamos trabajar con los materiales más honestos y básicos: gomets, cartulinas de colores, lápices o rotuladores, para conectar con la infancia, etapa en la que todos creamos libremente.
También os asomáis a otras ‘casas’, a la forma de hacer de otras artistas. ¿En qué y en quién os inspiráis?
Encontramos la inspiración en las cosas más cotidianas, por ejemplo, el otro día vimos a unos señores muy mayores que estaban tomando un café, hablando de las líneas de sus manos y acariciándoselas a la vez que tomaban notas y las dibujaban. Nos pareció tierno y divertido y Sara hizo este dibujo (se puede ver en las imágenes que ilustran esta entrevista).
También nos inspira la naturaleza que tanto anhelamos dentro de la ciudad, y nuestro círculo de amistades o la gente que nos vamos encontrando.
¿Ilustrar es un arte?
Para nosotras, la ilustración implica por un lado la belleza del dibujo y por el otro el mensaje que incluye y que quiere representar. La mirada de la ilustradora siempre será la mirada de la artista.
La calidez es uno de vuestros ideales. En el mundo profesional, ¿qué importancia le dais a mantener el toque humano? ¿En qué sentido marca la diferencia en la relación con los clientes y el resultado final?
Para nosotras, lo que hacemos debe estar en concordancia con nuestros ideales y valores. Nunca haríamos, por ejemplo, una campaña publicitaria ilustrada para un partido político de derechas.
Al final, este toque humano lo intentamos transmitir en cada uno de nuestros trabajos, y hacemos cada proyecto con mimo, ilusión y muchas horas de dedicación. A veces sin quererlo somos un poco workaholic.
¿Con qué dificultades os habéis encontrado y os encontráis cada día para poder vivir de vuestra creatividad?
Mucha gente no valora las horas que hay detrás de una ilustración, lo cual afecta anímicamente y a la hora de valorar y poner precio a nuestro trabajo. Con el tiempo, estamos aprendiendo que si un cliente lo ve caro o no valora el esfuerzo, no pasa nada, quizás simplemente ese proyecto no debe ser.
A veces, las profesionales creativas cojeamos en el aspecto comercial. ¿Cómo captáis clientes vosotras?
¡Y tanto! Estamos trabajando en ello. De hecho, dos de nosotras estamos ahora en una beca dentro de Autoocupacio, donde nos enseñan habilidades comerciales y gestión económica-financiera.
Si tuvierais que elegir: ¿Ilustración digital o a mano?
¡No hay por qué elegir! Nos encanta mezclar ambas. La ilustración a mano siempre es más cálida, pero no creemos que por ello los trabajos de ilustración digital deban despreciarse, de hecho, nosotras la usamos mucho.
Trabajar por cuenta propia conlleva muchos trámites. ¿Cómo lleváis la simbiosis burocracia + creación?
Es algo tedioso que se tiene que hacer. Al final emprender requiere tener una gestión de tu negocio. Estamos aprendiendo y somos personas bastante organizadas en ese sentido, pero siempre se puede mejorar.
¿Cómo es vuestro proceso creativo? ¿Seguís un planning y tenéis hábitos o sois más espontáneas?
Depende de cada cual. En general, somos personas bastante espontáneas, pero a veces huir del control y la perfección es difícil. Nos movemos en una ambivalencia entre ambas cosas dependiendo del día. ¡Ya hemos dicho que somos jaleosas!
¿Qué importancia tienen en vuestro negocio los ingresos pasivos procedentes de láminas, tote bags y demás productos?
Suponen el 70% actualmente, pero la idea es aumentar los servicios en el futuro y que sea un 50% – 50%.
¿Cómo superáis los bloqueos creativos?
A veces enfrentarse al papel en blanco es difícil, nos pasa a todas. Si no sale en ese momento, hay que asumir que no pasa nada y no angustiarse, mejor ponerte a hacer otra cosa y la inspiración volverá otro día.
Desmontemos esa idea preconcebida de que las mujeres trabajando juntas se pisan unas a otras. ¿Qué os aporta la energía femenina en vuestro trabajo?
Consideramos que sobre este tema se han dicho muchas mentiras. Las mujeres no nos pisamos las unas a las otras, al contrario. En nuestro caso, viviendo en una ciudad tan grande como Barcelona, siendo la mayoría de fuera y dedicándonos a una profesión tan solitaria, estaríamos mucho más perdidas sin el apoyo tanto mutuo como de otras compañeras.
¿Cómo os veis de aquí a cinco años?
Nos gustaría tener un espacio físico en Barcelona, en el que poder impartir talleres y workshops, continuar creando y tener un espacio de grabado- coworking artístico, para crear red y poder fomentar la cooperación con otras ilustradoras e ilustradores.
Entrevista de Silvia Nortes para Ladies, Wine & Design Murcia:
En mi currículum pone que soy licenciada en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad. En realidad, solo me gusta escribir. Y aprender, claro. Si no aprendes, se te vuelan las ideas. En mi camino en busca de la plenitud profesional he trabajado en radio, comunicación y gabinetes de prensa. Aunque lo que más me hincha el orgullo es que ‘El País’, ‘El Mundo’ y ‘Vice’, entre otros, se hayan interesado en mis ideas. Como periodista ‘freelance’ soy una profesional de la insistencia hasta que consigo que me publiquen. Escribo desde España para ‘Index on Censorship’ y estoy preparando un libro. También me sale genial el guacamole.