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Leire, Irene y Arturo crearon Perdón para algo muy concreto: divertirse. Esa visión de lo que hacen, sin pretensiones ni ambiciones más allá de pasarlo bien, es lo que hace que escuchar su música sea precisamente eso: un disfrute.

El arte llama al arte. Cuando es arte lo que quieres hacer, te atreves con casi todo lo que llene ese afán. Perdón nació en las aulas del Teatro Universitario de Murcia casi como una broma entre amigas, pero, poco a poco, las buenas sensaciones y las ganas de hacer música ganaron. Y menos mal, porque Irene, Leire y Arturo saben cómo quitarle hierro a asuntos que marcan una generación -las relaciones líquidas, la precariedad, la incertidumbre- y, con esa simbiosis entre la técnica teatral, los acordes y las letras, crear shows que ya son marca de la casa.

¿Por qué surgió Perdón? ¿Por diversión o por un objetivo claro de dedicaros a la música?

(Irene) Perdón surgió en un principio con el objetivo de divertirnos entre nosotros, como si fuese una broma interna. Pero, con el paso del tiempo, nos dimos cuenta de que nuestro entorno nos recibió de una forma muy positiva, y eso nos animó a tomárnoslo un poco más en serio. La broma principal a partir de la que surgió el grupo fue la idea de crear un grupo que se llamara Perdón cuya primera canción se llamase Lo siento, y a partir de ahí ya pensamos en nuevas ideas que nos parecían curiosas o divertidas. Esto surgió durante la época en la que se puso de moda la música del estilo de las Cariño, una música sencilla y cotidiana que permitía a gente que no sabía mucho de música introducirse en ese mundillo. Y a nosotros, concretamente, nos dio un espacio nuevo para atrevernos a crear y a jugar con la música de forma no profesional.

¿Qué proceso creativo seguís a la hora de componer? ¿Lo tenéis estructurado o sois más de impulsos?

(Leire) Creo que es una mezcla de las dos. No solemos componer juntas, al menos no la primera idea, que suele venir de impulsos personales o la inspiración de cada una. Después, compartimos esa idea y a partir de ahí Arturo suele crear una base y la producción de la canción, y vamos opinando. Cuando nos juntamos a grabar es cuando realmente ponemos más ideas en común y, si por ejemplo falta algo de la letra o hay algo que no nos convence, le damos una vuelta juntas. Lo que hacemos en común es, sobre todo, el proceso de añadir las voces, pero la primera inspiración de una canción suele venir de manera individual.

¿Qué problemas más habituales os encontráis al componer y cómo les encontráis salida? (Falta de inspiración, falta de tiempo…)

(Arturo) No solemos tener ese tipo de problemas a la hora de componer, porque nos tomamos el proyecto como algo muy libre, algo que hacemos por diversión, porque nos gusta. Así que no tenemos tiempos marcados, sino que, cuando nos viene la inspiración, escribimos. El reto al que sí puede que nos hayamos enfrentado alguna vez es, a la hora de escribir las letras o hacer la instrumental de una canción, conseguir que cada tema suene distinto a los demás, que se pueda diferenciar, y al mismo tiempo que exista una cierta cohesión tanto en la letra como en el sonido.

¿Habéis tenido síndrome del/la impostora alguna vez?

(Irene) Uy, sí, constantemente. Al menos yo lo tengo con absolutamente todo lo que hago, así que en el grupo no podía ser menos. En todos los conciertos que hacemos y en todas las canciones que sacamos siempre tengo el retintín en la cabeza de “madre mía, esto que estoy haciendo no merece ningún halago, no sirve para nada”. Creo que Arturo y Leire estarán de acuerdo conmigo en que es un sentimiento que tenemos de manera bastante cotidiana. Creo que es algo muy común entre los músicos y los artistas, y especialmente entre las mujeres. Pienso que el síndrome del impostor está muy ligado al género.

Decís que vuestras letras hablan de desasosiego y una cierta angustia vital. ¿Pensáis que estos sentimientos son síntoma de una generación?

(Leire) Sí, es la situación en la que estamos todas. Ese limbo entre la vida adulta y la adolescencia que ya pasamos hace bastante está muy marcado por la precariedad, por un ritmo súper acelerado que no nos deja terminar de estar bien. Es una lucha constante contra la angustia vital y la incertidumbre de no saber qué nos depara el futuro o si hay una posibilidad de hacer algo que nos motive y que nos guste.

Hablemos de las relaciones líquidas. Vuestro primer EP se titula todo x amor (por lo menos esta semana). ¿Notáis cierta fobia al compromiso sentimental, en vosotrxs o en vuestro entorno?

(Arturo) Creo que sí que existe una mayor dificultad para establecer relaciones sentimentales, sobre todo a nivel de compromiso, pero no creo que sea por miedo, sino porque ahora somos más conscientes de qué problemas hay y qué cosas no estamos dispuestas a aceptar. En nuestro entorno vemos que vamos creciendo y ganando experiencia y que ya no estamos dispuestas a pasar cosas por alto que quizá con dieciséis, dieciocho años no nos importaban o nos podíamos hacer las locas. Gran parte del trasfondo de las canciones de amor que escribimos viene de ahí, de encontrarnos con personas que no están preparadas para comprometerse en una relación y no saben cómo gestionarlo.

¿Os da vértigo la fama?

(Irene) Pienso que la fama está un poco lejos de las cosas a las que aspiramos como grupo e incluso de las cosas a las que podríamos llegar. Somos un grupo muy local que no tiene mucho alcance más allá de nuestro ámbito o del género musical que tocamos. Supongo que la fama le da vértigo a cualquier persona, pero nosotros no tenemos ningún problema especial con ella porque, simplemente, está muy lejos de nosotros.

Tenéis una estética súper reconocible. ¿En qué os inspiráis y qué queréis transmitir con ella?

(Leire) Nuestra estética es bastante caótica, pero activamente caótica. Es decir, somos nosotras las que decidimos que sea así. Usamos muchos colores, mucho horror vacui, mucho rococó. Todo es una especie de mezcla de un PowerPoint hecho por un niño de 3 años que acaba de descubrir el Word Art, las ceras Manley que lo manchan completamente todo… y eso lo transmitimos tanto en el escenario, como en las canciones y nuestras redes sociales.

¿Qué es lo que más y lo que menos os gusta de la industria de la música?

(Arturo) Creo que lo que menos nos gusta de la industria de la música, sea lo que sea eso, es que a veces puede ser un entorno un poco hostil. Tampoco estamos dentro como para saber qué cosas pasan y qué es lo que hay, pero sí que a veces te encuentras con gente que parece que no disfruta haciendo música. Es una visión con la que nosotras chocamos mucho, porque lo hacemos simplemente por pasárnoslo bien y pasar ratos divertidos con nuestras amigas. Pero al final, lo bueno es que a lo largo de los años nos hemos ido encontrando gente muy guay, haciendo un huequito de personas y, aunque cada grupo y cada cual tenga su visión y sus pretensiones, sí que vemos mucho compañerismo, y eso sí que es muy bonito.

Cuando no componéis, grabáis o tocáis, ¿qué otras disciplinas artísticas os llenan?

(Irene) Lo guay de nuestro grupo es que no surge desde la música, sino desde el teatro, así que todos somos bastante artísticos en muchos ámbitos. Cada uno tenemos nuestros intereses aparte de la música, a los que les damos mucha importancia. Para mí, mi mayor hobby es la escritura y también hago dibujo digital. Arturo es el más músico de todos, sabe producir, ha ido al conservatorio y hace millones de cosas relacionadas con la música y con otros grupos, incluso en solitario. Y Leire también escribe y pinta. Así que hacemos muchas otras cosas aparte de la música. Eso se nota en lo que hacemos, porque en los conciertos introducimos muchas cosas que hemos aprendido en el teatro o en la literatura, por ejemplo.

Os conocisteis en el Teatro Universitario de Murcia. ¿Qué tienen en común teatro y música, y qué os lleváis del teatro a vuestra faceta como banda musical?

(Leire) Para nosotras, el conocernos en el aula teatro ha sido súper significativo a la hora de trasladar esa faceta nuestra a la música. Ambas disciplinas tienen ese aspecto tan performativo que a nosotras nos gusta tanto. Por eso nuestros conciertos acaban siendo, prácticamente, obras de teatro. Llegamos a tener guiones enteros de varias páginas con las marcas del momento en que entra cada canción, por qué entra ahí, los diálogos entre cada tema… Creo que eso nos ayuda mucho, porque es un elemento muy característico de los conciertos de Perdón que, además, es súper divertido para nosotras, porque es como hacer un show de comedia y drama cada vez que nos subimos a un escenario.

Entrevista de Silvia Nortes para Ladies, Wine & Design Murcia:
En mi currículum pone que soy licenciada en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad. En realidad, solo me gusta escribir. Y aprender, claro. Si no aprendes, se te vuelan las ideas. En mi camino en busca de la plenitud profesional he trabajado en radio, comunicación y gabinetes de prensa. Aunque lo que más me hincha el orgullo es que ‘El País’, ‘El Mundo’ y ‘Vice’, entre otros, se hayan interesado en mis ideas. Como periodista ‘freelance’ soy una profesional de la insistencia hasta que consigo que me publiquen. Escribo desde España para ‘Index on Censorship’ y estoy preparando un libro. También me sale genial el guacamole.